Eduardo Barco. Psicólogo especializado en TOC, Ansiedad y Gestión emocional. - Peñaflor, Sevilla

Marcos R. C.

Durante el confinamiento me surgieron una serie de dudas y preocupaciones que, irónicamente, se fueron desarrollando incluso más tras la finalización del mismo.

Buscando enfocar mejor la cuestión busqué ayuda profesional, llegándome recomendaciones sobre Eduardo Barco, por lo que me puse en contacto con él. Al principio, cierta imagen tópica perpetuada popularmente sobre la psicología provocaba inseguridad para dar ese paso, pero el primer contacto telefónico que tuvimos fue una entrevista cercana a una hora (gratuita) donde pensé que podía ser una buena forma de afrontar aquellos retos.

Dada esa primera toma de contacto, encontré a un profesional cuya metodología era rigurosa y ha sabido temporalizar de forma óptima nuestras sesiones, de forma gradual y con flexibilidad a la hora de organizar esos encuentros. Quiero destacar que aporta materiales extra (lecturas, materiales audiovisuales, etc.) que luego se han revelado muy útiles.

También muestra un enfoque realista donde no se venden panaceas, pero si una guía y colaboración para reestructurar aquellas cuestiones que son básicas para mejorar nuestro día a día.

En comparativa con la situación inicial, los siguientes meses he podido ver mejoras importantes que incluyen aspectos tan fundamentales como alimentación saludable, buenos hábitos de ejercicio, aceptación de las dificultades que surgen, técnicas de relajación, etc.

Lo que más me ha gustado de esta andadura ha sido que supone un aprendizaje muy interesante que nos ayuda a desmontar tópicos y recordar las cuestiones realmente importantes.

Recomendaría los servicios de Eduardo a cualquier persona que haya sufrido sensaciones incómodas a las que no halle una respuesta directa. Insisto en que brinda un enfoque realista donde se aceptan los avances y retrocesos inherentes de cualquier terapia. Además, dispone de varias herramientas y formas de aproximarse, adecuándose a las necesidades particulares.

María R.

A raíz del inicio de la pandemia, tuve que volver a España tras haber estados unos meses de Erasmus. Fue un cambio muy brusco en mi vida que comenzó a reflejarse con sentimientos de malestar, una profunda tristeza y aislamiento (mayor aún al obligatorio durante los meses de restricciones). Tras la cuarentena intenté volver a salir, pasar tiempo con mi familia y amigos, pero me sentía vacía, y no entendía el porqué. Pensaba que no tenía motivos para estar tan triste, lo cual me hacía sentir aún más culpable y, en consecuencia, me sentir peor. Cada vez me encontraba más irascible, y lo pagaba con aquellos que intentaban ayudarme y aconsejarme.
Vi como mis vínculos personales se debilitaban cada vez más pues, aunque las personas más cercanas querían lo mejor para mí, no encontraban ninguna solución a un problema que ni yo sabía definir. Ver la frustración y desesperación en ellos fue lo que me hizo empezar a plantearme consultar a un profesional.

En ese momento solo buscaba dejar de sentirme mal inmediatamente, volver a ser “feliz” y no perder el cariño de las personas que me importaban. Cuando se lo comenté a mis padres, aunque algo reacios al principio, buscaron referencias de psicólogos, y fue finalmente mi novio quién me recomendó a Eduardo.

Al principio me sentía insegura, llevaba tanto tiempo sintiéndome mal que no veía la luz por ningún sitio. Además, no soy económicamente independiente, por lo que, aunque mis padres me apoyaban, sentía la presión añadida de que las sesiones tenían que ayudarme, ya que no era yo quien pagaba. Por otra parte, la decisión de ir al psicólogo significaba para mi en aquel momento asumir que realmente tenía un problema, algo mal en mí que había que cambiar. Por último, no sabía si me iba a sentir cómoda realizando las sesiones por videollamada, porque pensaba que sería impersonal y frío. Estas creencias y demás prejuicios se fueron disipando con el paso del tiempo y de las sesiones.

Ahora hace un año que empecé, y me alegro mucho de haber dado este paso. Edu es sincero y claro desde el primer momento, algo que ha valorado mucho todo este tiempo. Es coherente y ofrece herramientas accesorias a las sesiones como libros o escritos, que junto con las propias sesiones sientan las bases de un método flexible y personalizado.

El aprendizaje ha sido un proceso gradual, con avances y retrocesos, que implica un compromiso bilateral, confianza y un trabajo personal tras cada sesión. Ha cambiado progresivamente mi percepción de las emociones y de los pensamientos, he aprendido la importancia del momento presente, de los valores y de la flexibilidad psicológica, entre otras muchas cosas. Me siento orgullosa de todo lo trabajado y el cambio que he percibido en mi y a mi alrededor durante todos estos meses. Animo a todo aquel que se encuentre en una situación en la que sus pensamientos o emociones dificulten o paralicen su día a día, a que se informe y contacte con Edu, y compruebe por sí mismo la eficacia de una guía y ayuda profesional.

Jaime R.

Un buen psicólogo te cambia la vida y yo no podía haber pedido uno mejor.Gran profesional y a partir de ahora gran amigo para mí.

naranjito I. N. D. P.

Buen profesional, atentó y puntual ,lo recomiendo